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En 2016, empezamos a ver los frutos de nuestra labor a medida que se corría la voz sobre nuestro trabajo, lo que nos llevó a nuestro primer cliente importante: una cadena minorista regional. Este fue un momento crucial para nosotros, ya que nos permitió contratar a nuestro primer empleado. Emma pasó a dirigir el diseño de la experiencia del usuario, mientras que Liam y yo nos centramos en la codificación y la gestión de proyectos.

Cuando nos reunimos para reflexionar sobre nuestro increíble viaje, organizar un evento comunitario para mostrar el talento tecnológico local nos pareció la forma perfecta de devolver e inspirar a la próxima generación de innovadores. Nos recordó que con pasión, colaboración y un poco de código, todo es posible.